por Cristina Longhi – jornadasdaalma@gmail.com
Traducción de Teresa – teresa_0001@hotmail.com
El papel de madre es tan profundo que se hace difícil explicarlo con palabras, es algo que es más fácil de entender al sentirlo. Es un sentimiento que ha de vivirse para que pueda ser entendido. No importa si es madre biológica o no, cuando alguien se entrega al sentido espiritual del papel de madre todo se transforma.
Espiritualmente hablando, es preciso comprender que es pura donación de amor. Este espíritu en el papel de madre se entrega a la función de recibir a otro espíritu y encaminarlo en la vida. En otras palabras, es alguien que se dispone a abrir el camino para que este ser o hijo se desarrolle y progrese en la vida.
A la vez que nace la madre, nace una fuerza interior y con ella la capacidad de desempeñar este papel, de renunciar al propio tiempo en favor de alguien. Es algo tan noble y especial que hay que entenderlo bien para que a ninguna madre se le ocurra pensar que es un papel secundario en la vida, pues por desgracia hay muchas que por no comprenderlo no dan ese valor especial a este respetable papel.
Muchos espíritus están a la espera de una oportunidad para venir al mundo y continuar con sus misiones, para así evolucionar; y estas madres se muestran dispuestas a recibir a estos espíritus con toda su carga, o mejor dicho, con todas sus experiencias pasadas, para poder perfeccionarlas. La madre acepta, y lo hace todo para que el hijo crezca y se desarrolle de la mejor forma posible. Claro, cada madre, dentro de sus posibilidades. Debemos aprender como hijos que esta madre que tuvimos es la madre perfecta para nosotros, y la que necesitábamos tener para aprender juntos. Cada madre, lo mismo que cualquier persona, hace siempre lo mejor de que es capaz, con el entendimiento y los recursos de que dispone en aquel momento. Con toda seguridad, en ciertos momentos de la vida ella haría mejor aún si pudiese; por tanto, da gracias por la madre que tienes.
Yo he visto a muchas madres que hacen el papel de “enemigas” o incluso compiten con los hijos. Estas madres simplemente no han entendido su papel todavía.
Muchas no han aprendido a dar amor porque no han recibido amor y, por tanto, buscan atención a costa de lo que sea y el papel se invierte a menudo, y la madre es más hija que madre. Lo importante es saber que el papel espiritual de la madre es la evolución por el camino del amor. Eso significa que la madre tiene que entender que su papel es preparar una base para que su hijo logre progresar en la vida. Eso es esencial. Así, ese hijo que ha evolucionado llevará al mundo la semilla de lo que ha recibido, y de ese modo el mundo va progresando, pues evolucionamos a través de las relaciones. Los que tienen buena base consiguen llegar más lejos y ayudar más.
Si eres hijo y no has tenido una buena base, y hoy ya comprendes todo esto, tu papel es simplemente dar gracias por la vida, por la oportunidad de estar aquí, pues sin tu madre y tu padre eso no sería posible. Lo demás va por tu cuenta, no la culpes, ni tampoco a la vida por no haber recibido una buena base, pues el modo en cómo ha sido planificado espiritualmente tu nacimiento y tu niñez tiene mucho que ver con el tipo de aprendizaje que necesitabas para evolucionar; y por lo regular, las experiencias que tenemos en la vida han sido elegidas por nosotros mismos como grandes retos. Nada ocurre por casualidad, ¡piensa en eso!