por Cristina Longhi – jornadasdaalma@gmail.com
Traducción de Teresa – teresa_0001@hotmail.com
¿Tenemos o no el poder de hacer cambios en nuestra vida? A fin de cuentas ¿quién está al mando? Esa es una pregunta muy interesante y tiene relación con el poder que logramos tener sobre los acontecimientos externos.
Podemos, sí, modificar una situación cuando entendemos que tenemos el poder para ello. No hablo de un poder mágico, sino de un poder consciente. Cuando sabemos cómo funciona algo, tenemos más capacidad para utilizarlo mejor ¿cierto? Piensa en un teléfono móvil lleno de funciones. Si lees el manual tendrás más facilidad que los que no lo hayan leído, y utilizarás muchas más funciones. Nuestra vida también funciona en ese sentido, hemos de tener conciencia de todo aquello que podemos hacer y saber cómo hacerlo.
En tratándose del poder de la mente y el control sobre situaciones externas, antes es necesario comprender algunos factores básicos. El primer factor, que está científicamente demostrado, es que vivimos en un universo hecho de energía y que las energías están conectadas unas a otras.
Todo es energía, y el poder que mueve esta energía es la conciencia que tenemos de él.
Cuando tenemos conciencia de este hecho sabemos que todo se convierte en una grande y única cosa. Lo que determina una cantidad mayor o menor de energía (cosas) en la vida de cada uno son nuestras emociones. No entraré más a fondo en la “metafísica” de estas conexiones, hablaré ahora sobre actitudes que “ponen en movimiento” la energía en tu favor para modificar cualquier situación.
Muy bien, si estás ante un problema y no sabes cómo resolverlo, pues conscientemente no logras vislumbrar solución alguna ¿qué puedes hacer?
En primer lugar has de concentrarte única y exclusivamente en tu momento presente. Debes literalmente dejar de pensar en el “cómo” (que implica ponerte a mentalizar algo para que después suceda) y hacer tan sólo lo que puedas en ese momento. Esto hará que dejes de poner emoción (emoción es energía de acción y manifestación) en algo que todavía no ha sucedido y concentrarte en algo que tienes ahora. En caso de que no tengas nada, párate, lee algo, medita, canta, limpia el piso. Haz cualquier otra cosa que te haga concentrarte al 100% en el momento presente.
Y lo segundo que hay que hacer es mantener un sentimiento de que “todo quedará bien”, un sentimiento de aceptación y al mismo tiempo de gratitud por una solución que va a aparecer. Ayuda mucho imaginar el problema solucionado en el futuro, por ejemplo, si tienes una cuenta a punto de vencer y aún no tienes dinero para pagarla, imagínate dos días después de la fecha del vencimiento, feliz y con la cuenta pagada ¡sólo eso!
Tenemos el poder de manipular nuestros sentimientos. ¡Cuando manipulamos nuestros sentimientos podemos llevar a cabo verdaderas manifestaciones en nuestra vida!